Juego de Reinas: la revolución del deseo sí será televisada

Desde Salta llega, para todo el mundo, el primer reality draq-queen argentino. Transmitido por Canal 10 de Salta y por Youtube, Juego de Reinas pone en escena un arte performativo propio de la comunidad LGBTIQ+, pero que se presenta ahora a un público mucho más amplio, mientras cuestiona los valores heteronormados de una sociedad que aún hoy transita las expresiones disidentes desde la incomodidad y el prejuicio. A través de lo que parece a priori un inocente show televisivo, las reinas del norte instalan en televisión abierta el debate sobre los cuerpos, los deseos y hasta el mismísimo federalismo argentino.

Por Mario Bedosti

El 19 de marzo se estrenó por la pantalla salteña de Canal 10 Juego de Reinas, el primer reality show drag-queen de la Argentina. Con la conducción de Mistika Reech, comenzó el juego donde 14 drag-queens compiten por hacerse con la primera corona de un show que parece haber llegado para quedarse. A lo largo de los episodios, que se estrenan todos los viernes a las 23.59, las participantes demuestran sus destrezas en materia de actuación, danza y looks, siempre con el inagotable compromiso de “darlo todo”. Mientras esperamos la gran final, prevista para el 4 de julio, encontramos la oportunidad para reflexionar sobre las implicancias de este programa de cara a una sociedad que aún recela de las expresiones identitarias que van a contracorriente de las normas del hetero-cis patriarcado.

Juego de Reinas no sólo tiene la osadía de ocupar la televisión abierta para poner a la vista de todes el arte drag, sino que lo hace desde la provincia de Salta, en el conservador norte argentino. El juego logró sacar la performance drag de los boliches de la comunidad LGBTIQ+ y presentarlo al conjunto de la sociedad salteña y argentina. Desafiando los prejuicios y hasta el odio que aún se ciernen sobre los cuerpos disidentes, este programa le propone a todes la oportunidad de conocer los modos en que las personas LGBTIQ+ nos divertimos, disfrutamos, vivimos nuestros consumos culturales y, sobre todo, deseamos. En el marco del precepto de que lo que no se nombra no existe, Juego de Reinas no sólo ha llegado para nombrarse, sino para llenar de glitter y fantasías las mentes de tode aquel que esté dispuesto a escuchar sobre cómo el deseo puede ser habitado en abierta oposición a lo que nos han impuesto en función del cuerpo, y del género que nos han asignado.

Mientras se desarrolla la competencia que busca encontrar la drag-queen más fuega entre fuegas, se escurren entre las performances las vivencias de las participantes, que nos cuentan sobre sus recorridos y los precios que han tenido que pagar por atreverse a vivir siguiendo la dirección que su deseo les ha marcado. Así, por ejemplo, en la gala con las cuatro finalistas del concurso, dos de ellas compartieron experiencias de abuso sexual en la infancia. De hecho, durante gran parte de ese episodio se dedicó un espacio para hacer un llamado a xadres y adultes responsable de infancias, para que presten atención a sus niñes, les escuchen y, por sobre todas las cosas, les brinden un espacio de crecimiento en la escucha y el amor. La imagen de cinco drag-queen sentadas en una mesa a lo Chiqui Legrand y pidiendo por el cuidado y la defensa de las niñeces no hetero-cis hubiera sido difícil de imaginar para la televisión abierta tan sólo 10 o 15 años atrás. Hoy es una realidad efectiva.

El otro aspecto que llama la atención y que merece párrafo aparte, es que este hito queer de la televisión llega nada más y nada menos que desde el noroeste argentino. En un país federal, donde la situación de las personas LGBTIQ+ varía sensiblemente en función de las geografías, morales y normativas regionales, las drag-queens del NOA se anotan un logro no menor en la lucha por la reivindicación de nuestras identidades. Esta victoria, entonces, puede verse bajo el cristal de los derechos de la comunidad LGBTIQ+, pero también del federalismo cultural. Es hoy la provincia de Salta, la que es pionera en la pantalla chica. Son hoy las reinas de Jujuy, Salta y Tucumán las que nos dan una lección a las que vivimos en los reductos progres de las capitales de la zona centro, sobre cómo se irrumpe en las conciencias de la población, a fuerza de taconazos, plumas y lipsync. Es un muy buen recordatorio de que el mito de que la potencia del deseo, la política y la cultura irradian desde Buenos Aires, no es más que eso, un mito. Tomemos nota.

La final de Juego de Reinas será grabada el próximo 4 de julio en el Teatro Provincial de Salta. Esa noche, la corona terminará en la cabeza de Sharina Raissa, Katrina Raissa, Tina Argen o Sissie Moon. Sin embargo, gane quien gane, con la llegada de Juego de Reinas ganamos todes, definitivamente. A darlo trolo entonces, compañeras.

*En el canal de YouTube del programa se pueden ver todos los capítulos de la temporada: https://www.youtube.com/channel/UC-HZAAIbAWs-QcOyxo3ihdA

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Mario Bedosti

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