Por Franco Cicerone
El grupo Vicentín (SAIC) es un conglomerado industrial de productos primarios y agro-industriales orientados a la exportación, siendo uno de los principales exportadores de oleaginosas de Argentina (La 4ta empresa según un informe de ZENI[1]) y la única empresa de peso que se encuentra constituida y controlada por capitales nacionales. A fines de 2019, se inició un proceso de reestructuración de pagos, declarándose la empresa en default y comunicando su incapacidad de solventar el endeudamiento contraído con el Banco Nación y otros acreedores. Actualmente, el proyecto de ley para intervenir la empresa, que adeuda 300 millones de dólares con el Banco Nación, y convertirla en una empresa mixta con dirección estatal ha quedado caduco. Esto trae un manto de incertidumbre con respecto a lo expresado por el presidente Alberto Fernández sobre su eventual expropiación y sobre la firmeza del gobierno en materia de dirección estatal.

Una burguesía periférica: la financiarización de la economía argentina
Si bien el futuro de Vicentín es incierto, lo que sí puede observarse con mayor nitidez es cómo se llevan a cabo prácticas vinculadas a la acumulación de capital, que, a esta altura de la historia empresarial argentina, podríamos denominar como reiterativas, por no decir tradicionales. Como bien apunta la literatura de la economía política argentina, este comportamiento o modelo empresarial no es tan anormal como se cree (Sábato y Schvarzer, 1984; Basualdo, 2006; Peralta Ramos, 2007; Féliz, 2012; Lopez y Schorr, 2019). Para Sábato y Schvarzer, en el marco de lo que ellos consideran la normalidad periférica argentina, las grandes empresas, el gran capital argentino, posee una lógica centrada en la financiarización del capital que prima por sobre una la generación de capital vía producción. Ahora bien, lo curioso es que esta “normalidad” capitalista no es observable en los países “normales” del centro (Sábato y Schvarzer, 1984).
Según Basualdo, no es posible explicar el comportamiento del empresariado argentino si no tenemos en cuenta las medidas políticas que las acompañan. Así, por ejemplo, en los 90s el aumento de la concentración y centralización del capital estuvo acompañado por la desregularización del mercado, la apertura indiscriminada de importaciones y la privatización de los servicios, entre otros (Basualdo, 2006).

En este sentido, las medidas neoliberales “autóctonas” (Sábato y Schvarzer, 1984) impulsadas como resultado del proyecto político-económico neoliberal (Harvey, 2007), y apuntaladas por el Consenso de Washington (Nahón et al, 2006), tuvieron su primera victoria durante la última dictadura militar con la reforma financiera de 1977 en donde se incrementaron las tasas reales de interés en el mercado interno, siendo estas superiores a las del mercado internacional (Peralta Ramos, 2007). Esto se tradujo, para quienes tuvieron acceso al mercado externo, en un aumento de sus riquezas (las del gran capital argentino) mediante el acceso a créditos internacioanles, la triangulación y la “timba financiera”, todo esto en un contexto de altísimas tasas de interés fijadas por el Banco Central. Sin embargo, quienes no tuvieron esta posibilidad sufrieron las estrangulaciones de la liberalización de la economía y, consecuentemente, la bancarrota. Ahora bien ¿Qué pasó con el gran capital industrial que no se volcó a la financiarización? Siguió estando protegido por el Estado en el marco de políticas centradas en la reducción de costes de producción vía subsidios a las importaciones y reducción de los costes salariales (devaluación). Helo aquí la importancia de las políticas públicas y la responsabilidad de quienes manejan los hilos del Estado.
Cambiemos y el Proceso de Reorganización Nacional: Continuidades en materia económica
Este plan económico de la dictadura militar argentina que culminó en 1983, presenta características similares a las del último gobierno saliente de Cambiemos. Para Wainer, al igual que en la última dictadura, lo que se observa es una ofensiva general del capital sobre el trabajo y un gobierno que intenta reorganizar a la burguesía en su conjunto, pero esta vez, y a diferencia de la última dictadura, ya no en tanto horizonte ideológico, sino como consecuencia de las restricciones estructurales argentinas en tanto país periférico (Wainer, 2019). En este sentido, la eliminación del cepo cambiario, la devaluación de la moneda, la reducción de los impuestos a las exportaciones, la negociación con los fondos buitres y la participación Público Privada en el financiamiento de obras públicas se encontraron signadados por: los idearios neoliberales y, consecuentemente, por restricciones estructurales tales como las trabas a las importaciones y el déficit en la balanza comercial producto de la importación de insumos para las industrias, entre otros (Braun, 1973) Estas medidas permitieron una redistribución regresiva del ingreso que implicó masivas transferencias del trabajo al capital impactando en un aumento de la pobreza y la desocupación, una caída del consumo interno y una crisis en el sector industrial.
Es decir, lo que nos cuentan estos estos autores son las distintas tensiones inherentes a sistema capitalista que, en tanto estructurales y periféricos dependientes (Lopez y Schorr, 2019) se cristalizan en conflictos proletarios – capitalistas (Poulantzas, 1970; Mills, 1969; Miliband, 1969; Dornhoff, 1967; Harvey, 2007) y, particularmente, inter-empresariales (Kulfas, 2016). En este sentido, pareciera que estamos en presencia de un capitalismo caníbal que nada tiene de «nacional» y del cual Vicentín es su material y concreta expresión. Podriamos decir que del capitalismo argentino que nada se esperaba, nada está haciendo.

Kulfas, los 3 kirchnerismos y la avanzada contra el neoliberalismo
Frente al período de concentración y centralización (oligopolización de la economía) que significó el proceso de la convertibilidad en los 90s (Basualdo, 2006), Kulfas plantea que este proceso fue revertido durante los primeros años kirchneristas. Al modificarse el mercado laboral, a través de la recomposición salarial de los trabajadores, se recuperaron puestos de trabajo y se generó una dinámica del mercado interno. A su vez, cuando el empleo comenzó a mostrar sus limitaciones se implementaron programas de servicios sociales como la AUH, entre otras medidas, con el objetivo de expandir el consumo interno, esto sin afectar a los sectores propietarios de capital. De hecho, durante todo este período se observó un incremento sustancial de las ganancias de los sectores empresariales concentrados y pequeños. A su vez, este período también estuvo caracterizado por una mayor concentración y extranjerización. Es mas, Kulfas remarca el crecimiento del sector pyme como actor pujante en la economía (Kulfas, 2016)
Ahora bien, LA PREGUNTA que se hace Kulfas es la siguiente ¿Pueden producirse en forma simultánea una mayor concentración económica en torno a las grandes empresas, un crecimiento de las pymes y una mayor participación salarial en el ingreso nacional? La respuesta será positiva si tomamos el aumento en la mejora de cada uno de estos elementos. Negativa si lo observamos como participaciones relativas. En este sentido Kulfas nos dirá que existió un aumento y descenso en la trayectoria distributiva de la economía: Desconcentración hasta el 2010; Concentración hasta el 2015.
La deuda empresarial argentina: Ontología del neoliberalismo
A la vista de todas las discusiones presentadas sobre el comportamiento del gran empresariado argentino en los últimos 70 años podríamos preguntarnos ¿Por qué empresas como Vicentín prefieren apostar a la “timba financiera”, generar ganancias vía aumento de precios, reducción de los costes laborales y la concentración económica, y no a través de la inversión productiva? Como hemos visto, algunos autores dicen que su comportamiento anormal se explica por las condiciones estructurales periféricas que posee Argentina (Lopez y Schorr, 2019; Sábato y Schvarzer, 1984). Otros afirman que el problema se encuentra en los subsidios que mantiene el Estado con el gran capital generando crisis que luego son legitimadas por una visión minimalista del Estado (Peralta Ramos, 2007; Basualdo, 2006; Wainer, 2019). A su vez, hay quienes sostienen que el modelo neodesarrollista centrado en el crecimiento de las exportaciones plantea ingenuamente una solidaridad básica entre clases que esconde una primacía del desarrollo de las condiciones capitalistas por sobre las demandas de los trabajadores (Féliz, 2012).
Si bien estos análisis explican en parte el porqué del comportamiento empresarial argentino creo que los aportes de Kalecki sobre la expansión de la demanda en manos del Estado son fundamentales para entender mejor el fenómeno descripto (Kalecki, 1943). En el marco de la aparición de los Estado de Bienestar Kalecki se pregunta por el por qué de la oposición de los sectores capitalistas mas fuertes (en esa época la banca y la industria) a las medidas de expansión de la demanda efectiva mediante la intervención estatal (participación real del Estado en la economía). Para este autor existen 3 respuestas posibles. Las primeras dos se encuentran centradas en la fuerte competencia que ejercería el Estado contra los sectores privados, viéndose estos impedidos de competir y concretar sus intereses, y de controlar al Estado en sí mismo; y una tercera, que considero la mas importante de todas, y que explica de forma acabada cómo estos actores se desenvuelven de hecho; la pérdida de una de las ideales fundamentales del liberalismo: el componente ético de “ganarse el pan con el sudor de la frente”. Es decir, los sectores capitalistas prefieren la disciplina en las fábricas y la estabilidad política a las ganancias extraordinarias bajo el sostenimiento artificial estatal de la demanda. Para estos, “…el desempleo forma parte integral del sistema capitalista “normal” (Kalecki, 1943), y como sostiene Harvey, lo que importa no es el desarrollo económico de un país per se, lo que interesa es la libertad de empresa, la mínima intervención estatal y el sostenimiento de un tipo de relación de fuerzas que mejoren las posibilidades de concreción de sus propios intereses (Harvey, 2007). En definitiva, estas ideas neoliberales traídas a la periferia transmutan en una “normalidad” de la económica argentina distinta a la que se puede apreciar en el centro de la economía mundial: la inestabilidad política y caos económico serán las herramientas predilectas para establecer este tipo de relación capitalista periférica “normal”, anulando de esta forma cualquier posibilidad de desarrollo (Sábato y Schvarzer, 1984).

70 años después…
En este sentido, considero que la intervención estatal planteada en un inicio por el Presidente Alberto Fernández en una empresa como Vicentín, con las características que presenta en tanto empresa capitalista periférica, no solo permitirá al Estado generar un control de las divisas provenientes del comercio exterior, regular un sector clave y muy concentrado de la economía y desarrollar políticas para incidir en la industrialización y la provisión de alimentos para el mercado interno, sino que, de aplicarse esta medida, y políticas similares orientadas al control de recursos y mercados estratégicos, se deja en claro un mensaje de compromiso para la erradicación de un sistema empresarial que, por su propia naturaleza inherentemente periférica, impide la equidad social y el desarrollo económico argentino.
[1] El informe elaborado por Zeni fue relevado de la nota del diario Clarín: https://www.clarin.com/rural/vicentin-ranking-exportadores-granos-harinas-aceites_0_XImK22k99.html
Bibliografía
- Basualdo, E. (2006) “Las reformas estructurales y el plan de convertibilidad durante en la década de los noventas. El auge y la crisis de la valorización financiera.” Realidad Económica N° 200.
- Bona, L. y Wainer, A. “Las experiencias neodesarrollistas a la luz de las teorías latinoamericanas del subdesarrollo y la dependencia”, mimeo.
- Braun, O. (1973). “Desarrollo del capital monopolista en la Argentina”, en Braun, O. (comp.): El capitalismo argentino en crisis, Buenos Aires: Siglo XXI.
- Féliz, M. (2012). “Proyecto sin clase: crítica al neoestructuralismo como fundamento del neodesarrolismo”, en Más allá del individuo. Clases sociales, transformaciones económicas y políticas estatales en la argentina contemporánea; p. 13 – 44.
- Harvey, D. (2007). La breve historia del neoliberalismo, Akal, Madrid (Capítulo 1).
- Kalecki, M (1943), “Aspectos políticos del pleno empleo”, Political Quarterly, Vol. 14.
- Kulfas, M. (2016), “Los tres kirchnerismos”, Ed. Siglo XXI, Buenos Aires.
- Lopez E. y Schorr M. (2019), “El proyecto económico de Cambiemos, su crisis y las alternativas posibles”.
- Nahon et al. (2006), “El pensamiento latinoamericano en el campo del desarrollo y del subdesarrollo: trayectoria, rupturas y continuidades”, en Crítica y Teoría del Pensamiento Social Latinoamericano, CLACSO.
- Peralta Ramos, M. (2007); “La Economía política Argentina: Poder y Clases Sociales (1930 -2006)” Capitulo III.
- Sábato, J. y J. Schvarzer (1984); “Funcionamiento de la economía y poder político en la Argentina: trabas para la democracia”
- Wainer, A. (2019). “¿Desarrollismo o neoliberalismo? Una economía política del macrismo”. Realidad Económica, Nº 324.
Añadir comentario