El sábado 5 de Octubre de 2019 se llevó a cabo el Primer Encuentro de Pensamiento Crítico Comunal en el barrio de Balvanera. El mismo estuvo dividido en ágoras/foros de pensamiento bajo distintas temáticas con el fin de buscar respuestas al interrogante «¿Qué es el Ser Comunal?». El Círculo Ecuador tuvo la oportunidad de participar y coordinar el ágora «Trabajo y organización en los barrios: sindicatos y movimientos sociales en la vida comunal» de la que, a su vez, participaron representantes de distintas organizaciones tales como Marisa Lemma(CAAC – CCC), Daniel Rojas (ATE Capital), Martín Rosales (Sadop), Maria Ines Tropea (CPI Semillitas – CCC), Javier Márquez (CTEP-Evita) y Catalina Neyra (CTA Capital-Asamblea de Flores). A su vez, estuvieron a cargo del cierre del evento Horacio González, María Pía López y Eduardo Jozami. A continuación, algunas reflexiones.
El debate se centró en el rol de las organizaciones en los barrios y en la falta de «comuna» en las demandas de lxs vecinxs. Esta falta de comuna estaría ligado, según lxs participantes del ágora, al escaso contenido «sustancial» de lo barrial y popular en los organismos de toma de decisión de cada comuna. Críticas en el desempeño y en las funciones que ejercen han dividido el debate del ágora en dos posturas bien marcadas: entre quienes observan a las comunas como inútiles, cuya función puede ser suplantada por las históricas organizaciones populares que se encuentran en los barrios; y, quienes afirman que dotarla de contenido y resignificarlas podría ser una herramienta muy útil para un mejor desarrollo de las actividades que las mismas organizaciones realizan. No obstante, todxs concuerdan en que la LEY Nº 1777/05 de comunas sancionada en el año 2005 se encuentra sin efecto ya que directamente no es aplicada. La falta de presupuesto y competencias, sumados a la falta de territorialidad e interés por parte de los comuneros construyen el imaginario de las organizaciones.
Para la CTEP es importante el fortalecimiento de los espacios territoriales y la construcción identitaria del movimiento popular. Comedores, merenderos, talleres de oficio, espacios comunitarios, promotoras territoriales de género y talleres de alimentación, entre otros, son las principales actividades que llevan a cabo para realizar los fines propuestos. Remarcan que es importante la voluntad política para la construcción de lazos con lo comunal y para la vuelta a la organización vecinal. Para la CTA capital, en sintonía con la CTEP, a los Consejos Consultivos «Se va pero no se disputa la legitimidad de la representación y la forma de habitar los territorios». A su vez, para ellxs la organización comunal entra en tensión con la organización popular. Esto queda evidenciado en los conflictos barriales donde la comuna no aparece. «Ni siquiera lxs compañerxs comunerxs se acercan a ayudar». Para sintetizar esta línea de pensamiento, fue clarificadora la intervención de uno de los referentes «…las organizaciones existimos previamente a las comunas y por eso tampoco las necesitamos (por lo menos como funcionan hoy)». Esto pareciera no implicar una negación per se de la comuna como centro político pero si una confrontación directa. La pregunta que se hacen estxs referentes es cómo llenar de contenido el espacio comunal a partir de lo popular.

Para el CAINA ( Centro de Atención Integral para la Adolescencia y la Niñez), existe un desmantelamiento de los dispositivos de integración territorial. Estos dispositivos son importantes para los barrios y sus articulaciones con las organizaciones sociales. El centro de día para niñas, niños y adolescentes en situación de calle brinda una cobertura de necesidades básicas. Sin embargo, hoy en día cuenta con 45 plazas para dar alojo, es decir, la cantidad de recursos con los que cuentan, según estos, son cada vez mas escasos. A su vez, se remarcó la importancia de hacer hincapié en la vulneración de las infancias, sobre todo en la presente crisis que atraviesa el país. En línea con la falta de respuestas por parte de las comunas el CAAC ( Casas de Atención y Acompañamiento Comunitario) nos comentó el trabajo que realizan con personas que sufren de adicciones y cómo las mismas están relacionadas con otras problemáticas. Los referentes mencionaron que no tienen apoyo de la comuna y que, a su vez, el espacio comunal es muy difícil de utilizar como espacio público.
A partir de esta feliz experiencia como miembro partícipe del Círculo Ecuador en el Primer Encuentro de Pensamiento Crítico Comunal quisiera dejar algunos comentarios, puntos de apoyo, para los próximos encuentros, acerca de qué es el ser comunal y su relación con el territorio, la identidad y las organizaciones. Como futuro politólogo, la temática acerca de las relaciones de poder entre sociedad y el Estado constituyen el núcleo duro de nuestra literatura. Las preguntas sobre el poder y el sometimiento, la legitimidad, entre otros, como las disimiles respuestas y apreciaciones que se obtienen de las mismas, se encuentran en los orígenes mismos de la cultura polis, civita y política occidental. Siendo uno de los subtemas mas estudiados por la disciplina que hoy conocemos como ciencia política, la literatura acerca de la centralización y descentralización del poder es clave para entender uno de los problemas que nos fue planteado aquí: Darle poder a las comunas.
Sin embargo, este no es el único aspecto a tener en cuenta. Una pregunta obligada que debemos hacernos en pos de correr el velo de la interrogante acerca del ser comunal es la siguiente: ¿Delimitar un espacio geográfico y dotarlo de cierta autonomía es sinónimo de construcción de identidad? En el caso de la comuna 3, como bien se preguntaba Horacio Gonzalez en el cierre del encuentro, ¿Existe un sentido de pertenencia colectivo entre lxs vecinxs de los «imaginarios» barrios del once y del abasto? Pareciera que, como bien concluyó Juan Ciucci en el cierre de nuestro ágora, el dilema acerca del ser comunal se encuentra en la disyuntiva entre identidad y poder. Por un lado, nos enfrentamos a la pregunta por el ser, es decir por darnos un sentido de pertenencia, una identidad, en tanto comunidad. Por el otro, la idea de una identidad sujeta a una organización territorial fijada arbitrariamente. Y como bien se señalaba antes, estamos ante una pluralidad de identidades que no poseen límites territoriales fijos y que en muchos casos quedan solapados entre si dentro de los barrios «formales». Esto nos hace pensar que podemos hablar de identidades intra e interbarriales. Es decir existen identidades barriales que se encuentran asociados a lugares específicos que sirven de símbolos identitarios como el caso del «Abasto», barrio que floreció a la vera del famoso mercado del Abasto, o el barrio de «Once», denominado así por la estación once de septiembre del tren Sarmiento. Por qué estas edificaciones han calado tan hondo en la identidad de sus vecines pareciera ser tema de los sociólogxs y antropólogxs. Aquí lo que me interesa es lo político.

Cuando se sancionó la constitución de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires los históricos y famosos » 100 barrios porteños» quedaron subsumidos a una nueva organización territorial, la comunal. Es decir, la cultura identitaria intra e inter barrial de la ciudad fue absorbida por una tercera identidad,hasta el momento inexistente, y por lo tanto poco comprendida. Como bien se ha descrito en los párrafos anteriores, esta identidad construida «desde arriba» generó rechazo en algunas organizaciones populares barriales no solo por el déficit operacional que estos le atribuyen sino también, por que no logran representar las demandas e identidades barriales que aglutinan. Si en un principio tomamos la idea de identidad como una de las principales problemáticas para pensar el ser comunal creo que es necesario, ante los reiterados testimonios de las diferentes organizaciones que nos han acompañado en el transcurso del debate, hablar de una crisis de representación barrial institucional. ¿Por qué deberíamos hablar de crisis de representación? ¿A que se atribuye este fenómeno? Si quisiésemos adentrarnos un poco mas en las construcción de esta entramada ingeniería institucional que son las comunas, debemos remontarnos al año 1996 cuando fue sancionada la Constituciones de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. En ella, en lo referido a las comunas, se hablaba de la importancia de los Consejos Consultivos en la elaboración de leyes y ordenanzas. Como bien nos indica el Art. 131: « Cada Comuna debe crear un organismo consultivo y honorario de deliberación, asesoramiento, canalización de demandas, elaboración de propuestas, definición de prioridades presupuestarias y de obras públicas y seguimiento de la gestión. Está integrado por representantes de entidades vecinales no gubernamentales, redes y otras formas de organización. Su integración, funcionamiento y relación con las Juntas Comunales son reglamentados por una ley.«. Lo interesante aquí es que el nexo que dotaría de legitimidad a la Junta Comunal se encuentra contemplada en la Constitución. Entonces, si existe la herramienta formal de integración para solventar el supuesto déficit de representación de las organizaciones populares barriales ¿Por qué no se aplica? Si se aplicase ¿ Tendría efecto sobre la representación? Y si indagamos un poco más ¿Existe una voluntad real por parte de ambos actores para que se aplique efectivamente la ley de comunas?
La escasa aparición del Consejo Consultivo en el debate denota a las claras una falla de representación en el entramado institucional que permite una primacía decisional de lo vertical por sobre lo horizontal. Esto permite instalar intereses y formas de pensar lo político y el ser que no provienen de lo comunal. Creo que es necesario e indispensable un cambio en las lógicas de acción, que ya se encuentran previstas en la ley de comunas, en favor de una aplicación efectiva de los Consejos Consultivos como herramienta basal para la conformación, en un sentido estrictamente político, del ser comunal. A su vez, sugiero su constante debate y profundización del estudio de los actores que intervienen para una mayor comprensión del fenómeno. Conocer a las organizaciones que intervienen en la gestión comunal y a los representantes de las mismas podrán enriquecer aun mas el análisis desde una perspectiva popular y feminista para, de esta manera, comprender los entramados de poder que subyacen al político institucional.
Franco Cicerone, Círculo Ecuador, Octubre 2019
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